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Cuarto en la fortaleza de Wartburg, donde Lutero tradujo el Nuevo Testamento de griego al alemán

Cuarto en la fortaleza de Wartburg, donde Lutero tradujo el Nuevo Testamento de griego al alemán

Alemania: Las Escrituras, Lutero en Wartburg, Traducción del Nuevo Testamento y la Biblia de Lutero

 La autoridad de La Palabra de Dios.

Martín Lutero y todos los reformadores creyeron que Dios habló a la humanidad y actuó en favor de ella a través de la historia. El relato sobre como Dios había tratado con Su pueblo fue dado en las Escrituras. Creyeron que Dios continuó hablando a través de las palabras pronunciadas por los Profetas y los Apóstoles. En esa revelación personal, el mismo Dios habló en amor a la humanidad creada y la gente renovada oyó y contestó en la fe.

Los reformadores no sentían que estuvieran manejando e interpretando las Escrituras, pero sí que Dios estaba operando en sus vidas a través de las Escrituras. Esto es lo que los reformadores querían decir con la palabra de Dios: La Palabra viva que les habla en su propia situación. Algunas creencias y prácticas de la iglesia no podían estar justificadas si estaban fuera, o aparte de la Palabra de Dios, esas verdades podían ser expresadas en palabras no bíblicas o formas no bíblicas como estuvieron en los credos posteriores y declaración de creencias, pero que lo que se expresa debe ser una verdad bíblica.

No es cierto decir que la Reforma estableció una Biblia infalible en lugar de un papa infalible, la iglesia romana también aceptó la autoridad de las Escrituras, pero en la práctica afirmaron que tanto la Biblia como la tradición eran fuentes y reglas de fe.

La iglesia romana también hizo tradición, tal como se expresaba en los decretos de los papas y consejos, el único intérprete permisible legítimo e infalible de la Biblia; también apelaron a las Escrituras para apoyar opiniones y posiciones llegadas por otras motivaciones.

La Biblia fue siempre leída duramente, cuando lo fue, se interpretó a cuatro niveles: Literal, espiritual, alegórico y analógico (es decir, su significado celestial). Casi nadie sabía lo que la Biblia realmente decía o significaba. La fe se consideraba en gran medida como un asunto que aceptaba las declaraciones de Dios, el alma, la gracia y otros temas.

Los teólogos medievales habían tendido a poner la iglesia (en la forma de las opiniones de los primeros padres confirmada por los papas y los consejos) entre el creyente y su Biblia.

Castillo de Wartburg. Situado en Turingia, Alemania. al borde de un precipicio de 410 metros al suroeste de la ciudad de Eisenach, que queda debajo/ Foto: Pixabay

Castillo de Wartburg. Situado en Turingia, Alemania. al borde de un precipicio de 410 metros al suroeste de la ciudad de Eisenach, que queda debajo/ Foto: Pixabay

Muchos de los reformadores eran lingüistas y eruditos, los protestantes produjeron la crítica bíblica, creyendo que la Biblia habló tanto a los intelectuales de su edad, así como a las personas comunes de cada período de la historia. Los reformadores reafirmaron los antiguos credos y formularon sus propias declaraciones, solamente rechazaron aquellas doctrinas y ceremonias de las cuales no estaban claras sus bases bíblicas.

Los calvinistas fueron más lejos que los luteranos en su oposición a las tradiciones que se habían dictaminado, rechazaron buena parte de la música en la iglesia, arte, arquitectura y muchas más cuestiones superficiales como el uso del anillo en el matrimonio y signos de la práctica devocional.

Pero, lo reformadores rechazaron la autoridad del papa, los méritos de las buenas obras, la mediación de la virgen María y los santos, tanto como los sacramentos que no fueron instituidos por Jesucristo; rechazaron a la doctrina de la transustanciación, la visión de la misa como un sacrificio, el purgatorio y las oraciones por los muertos, la confesión privada del pecado a un sacerdote, el celibato del clero y el uso del latín en el servicio, y también rechazaron la parafernalia que expresaban esas ideas, tales como el agua bendita, santuarios, cantones, imágenes maravillosas, rosarios, piedras paternóster, imágenes y velas.

Una vez que Lutero rechazó retractarse en la Dieta de Worms en abril de 1521, fue trasladado al Castillo de Wartburg en Eisenach, donde permaneció cerca de un año bajo la protección de Federico de Sajonia, y allí dedicó sus energías para traducir el Nuevo Testamento al alemán, para que la Biblia pudiera ser leída por todos.

Traducciones

Patio en Lutherstadt Wittenberg – Alemania -Foto: Ana Calvo

Patio en Lutherstadt Wittenberg – Alemania -Foto: Ana Calvo

La invención de la imprenta por al Alemán Johannes Gutenberg, permitió la circulación de la Biblia más ampliamente que antes. Con esta posibilidad llegó el deseo de los reformadores de hacer que la Palabra de Dios estuviera disponible para todas las personas en su propio idioma. Esto vino en un periodo cuando era inusual escribir en las lenguas vernáculas, y las obras tales como la Biblia de Lutero contribuyeron grandemente al crecimiento de lenguas europeas.

Los reformadores no aceptaron los libros apócrifos del Antiguo Testamento (los cuales no forman parte de la Biblia hebrea, pero son aceptados por la iglesia católica romana), como Escritura inspirada, pero los consideraron como una lectura aprovechable y los incluyeron en la gran mayoría de las Biblias durante ese periodo.

Biblia de Lutero – 1534 -

Biblia de Lutero – 1534 –

La mayor traducción alemana durante el siglo XVI es de Lutero y todas las demás traducciones alemanas proceden, o tiene su origen, de la primera.

Exiliado en Wartburg, Martín Lutero tradujo el Nuevo Testamento del griego al alemán a principios de 1522 en apenas dos meses y medio, y el Antiguo Testamento en distintas etapas entre 1522 y 1532. La primera traducción completa de la Biblia de Lutero (Con Deuterocanónicos) apareció en Wittenberg en 1534. A principios de ese año se había traducido al bajo alemán.

La Biblia de Lutero fue frecuentemente revisada y la última revisión antes de la muerte de Lutero (1545) llegó a ser considerada como la versión definitiva. Se ha dicho que “la Biblia de Lutero fue un acontecimiento literario de primera magnitud, porque es la primera obra de arte en prosa alemana”

Fuente:  From book Introduction to History of Christianity/ Pág. 370 – 372a. James Atkinson – 396 Tony Lane. Fortress paperback edition 2002. © 1990 Lion Publishing.

Reportaje fotográfico: Ana Calvo / Consejería de ERE de la FEREDE / Pixabay web.

Traducción y colección: Fernando Ogando / Consejería de ERE de la FEREDE.

Madrid, 30 de marzo de 2017