Enseñanza Religiosa Evangélica

JUAN SEBASTIÁN BACH
MÚSICO, COMPOSITOR, ORGANISTA Y CLAVECINISTA

JUAN SEBASTIÁN BACH. “EL QUINTO EVANGELISTA”

Nació en 1685 en Eisenach, (Sacro Imperio Romano Germánico), en lo que actualmente conocemos como el Estado federado alemán de Turingia.

Bach fue compositor, organista, clavecinista, violinista, violista, maestro de capilla y también cantor soprano en el periodo barroco. A la edad de 48 años, adquirió una copia de la traducción en tres volúmenes de la Biblia de Lutero, la estudió minuciosamente como si hubiera encontrado un gran tesoro perdido, subrayó pasajes, corrigió algunos textos y comentarios, y escribió sus propias notas en los márgenes. Por ejemplo, cerca de 1º de Crónicas 25 (un listado de los músicos de David), Juan Sebastián escribió: “Este capítulo es el verdadero fundamento de toda la música que agrada a Dios”; junto al pasaje de 2º de Crónicas 5:13, que menciona a los músicos alabando a Dios, comentó: “En una reverente interpretación de la música, Dios está cercano siempre, con su bella presencia”. “Bach, el músico que, efectivamente, vivió con la Biblia”, sentenció un erudito de su época.

Además de ser el organista y compositor más grande de la era barroca, y uno de los más productivos de la música occidental, Bach también fue un teólogo que acababa de pasar a trabajar con sus teclas.

Genialidad temprana

Fue escolarizado en Eisenach, Turingia, en la misma escuela a la que había asistido Martín Lutero; miembro de una familia que, en siete generaciones, produjo 53 prominentes músicos, Johann Sebastian recibió su primera instrucción musical de su propio padre, Johann Ambrosius, que era músico de la ciudad.

A los diez años de edad, Juan Sebastian quedó huérfano y se fue a vivir con su hermano mayor, Johann Christoph, que era organista en Ohrdruf (Turingia). Con 15 años, Bach estaba listo para establecerse en el ámbito de la música mundial e inmediatamente mostró un ingente talento en diversas áreas, fue soprano en el coro de la iglesia de San Miguel en Lünenburg, recordemos que las mujeres cantar en la iglesia; tres años más tarde, fue violinista en la orquesta de cámara del príncipe Johann Ernst de Weimar (1696 – 1715), aunque después de pocos meses se mudó a Darmstadt, ciudad del actual estado federado de Hesse, para tocar el órgano en la iglesia.

En octubre de 1705, Bach fue invitado a estudiar durante un mes con el renombrado organista y compositor alemán de origen danés, Dietrich Buxtehude (1637 – 1707); Johann Sebastian se sintió tan apasionado con las enseñanzas de su maestro, que extendió la visita a dos meses. Cuando regresó a su iglesia, fue severamente criticado por incumplir su compromiso, y en las semanas siguientes también se alborotaron por los nuevos sonidos de un órgano floreciente y armonioso que acompañaba los cantos congregacionales, aunque para estas alturas el músico y compositor barroco ya era demasiado respetado como despedirlo.

Corría el año 1707 cuando contrajo matrimonio con su primera esposa, María Bárbara Bach, que por cierto era su prima segunda. El año anterior, exactamente el 2 de diciembre de 1706, moría Johann Georg Ahle, organista de la Blasiuskirche en Mühlhausen (Iglesia de San Blasius). La ciudad quería renovar su savia musical que comenzaba a caer en declive; fue así que Bach se trasladó hasta allí, y el domingo de Pascua de 1707 (24 de abril), Johann Sebastian dio una actuación de prueba, como organista, finalmente, obtuvo la prestigiosa posición en la iglesia de San Blasius en junio del mismo año.

Después de no pocas mudanzas y trabajos prominentes, definitivamente se estableció en Leipzig en el año 1723, permaneciendo allí hasta el final de sus días.

María falleció en 1720, y al año siguiente Johann Sebastian se casó con Anna Magdalena Wicken, una cantante ya realizada; Anna le dio 13 hijos (a los que hay que sumar los siete que Johann tuvo con María), y también le ayudaba a confeccionar las copias de sus actuaciones musicales.

Entorno amargo, trabajos brillantes

Bach se quedó en Leipzig como director y maestro del coro en la iglesia de Santo Tomás, pero su vida no era todo felicidad; disputaba continuamente con el Ayuntamiento que nunca apreciaba su genio musical, ellos decían que Johann Sebastian era un viejo aburrido y aferrado obstinadamente a un obsoleto estilo musical. Como consecuencia de estos tristes argumentos, el Ayuntamiento le pagaba un salario miserable, y cuando el murió, incluso, contribuyeron a una trama para defraudar a su viuda de su escasa herencia.

Irónicamente, en medio de este entorno amargo y hostil, Bach escribió su música más perdurable, durante cierto tiempo llegó a escribir una canta cada semana, si, ¡cada semana!, actualmente un músico que logra escribir una cantata en un años es altamente alabado; así es pues que aún sobreviven 202 obras de ese periodo de su vida, la mayoría de ellas concluyen con corales basados en himnos luteranos, y toda su música está siempre estrechamente ligada a los textos bíblicos, entre ellas destacan “Cantata para la ascensión” y el “Oratorio de Navidad”.

En Liezpig, compuso la célebre “Misa en Si menor”, considerada por la UNESCO como “un hito de la cultura universal”,  “La pasión según San Juan” y “La Pasión según San Mateo”, todas para ser ejecutadas en los servicios de adoración. La última pieza que mencionamos fue en ocasiones definida como “El supremo logro cultural de la civilización occidental”, incluso el radical ecéptico Friedrich Nietzche (1844-1900), admitió después de oírla, que “alguien que ha olvidado completamente el cristianismo, aquí puede oír todo el Evangelio”.

El renacimiento de Bach

Después de su muerte, en 1750, la gente parecía alegrarse de “limpiarse los oídos” de su música, fue más recordado como un organista clavecinista, que, como un compositor, algunas de sus partituras fueron vendidas y algunas otras, según se ha dicho, se usaron para envolver basura. Los 80 años siguientes, fue descuidada por el público en general, a pesar de que unos pocos músicos como Mozart y Beethoven, por ejemplo, la admiraban.

No fue hasta el año 1829, cuando el gran compositor alemán Félix Mendelssohn (1809-1847), organizó una representación de ““La Pasión según San Mateo”, y esto hizo que un gran número de público apreciara a Bach como compositor.

En términos puramente musicales, Bach fue conocido como alguien que podría combinar el ritmo de las danzas francesas, la gracia de la canción italiana y lo intrincado del contrapunto alemán, y todo en una sola composición musical.

Finalmente, Johann Sebastian podría escribir música en equivalencia con ideas verbales tales como ondular una melodía para representar el mar, aunque es verdad que la música nunca fue “solo música” para él, cerca de las tres cuartas partes de sus mil composiciones fueron escritas para los servicios de adoración, es por esto que entre su genio musical, su devoción a Jesucristo y el efecto de su música, Johann Sebastian Bach fue conocido en muchos círculos sociales como “El quinto evangelista”.

 

Fuentes: From book 131 Christians Everyone Shoul Know / Pag. 109-111. Johann Sebastian Bach – The Fifth Evangelist – Foreword by J.I Packer. Christian Biography, Olsen Ted 1974. © 2000 Broadman & Holamn Publisher. Nashville – Tennesee

Traducción y colección:  Fernando Ogando / Consejería de ERE de la FEREDE.

Fotos: Ana Calvo / Consejería de ERE de la FEREDE / Otras: citadas.

Madrid, 23 de junio de 2017